A la mayoría nos
gusta oír el mar, su sonido nos relaja, nos resulta placentero, pero, por
desgracia, el mar no suena igual para todos. Para algunas personas
suena a sufrimiento, miedo, incertidumbre y muerte.
Por eso, la Comisión
Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha lanzado la campaña «El otro sonido del
mar», en Barcelona, donde, como en otras playas de España, dejaron unas
caracolas que tenían instalado un chip de audio con sensor de movimiento. Al acercarlas
al oído, no se escucha la melodía de las olas, sino las historias de personas
que se vieron obligadas a cruzar el mar en busca de un lugar mejor donde vivir.
#ElOtroSonidoDelMar Con
esta campaña CEAR quiere mostrar el arriesgado viaje para escapar de la guerra
o la pobreza que realizan miles de seres humanos.
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